Cada año, esta pequeña isla del noroeste es testigo de la migración de una población estimada en unos 50 millones de cangrejos, considerada de las más altas del mundo, causando estragos al cerrar carreteras y en el deterioro de la flora del lugar.
Los millones de cangrejos caníbales comienzan su migración desde el bosque poco después que comiencen las lluvias de octubre y noviembre, marchando hacia el océano cerca del parque nacional para aparearse.
Los machos son quienes lideran la caravana, seguidos por las hembras, que pueden producir hasta cien mil huevos durante la temporada de apareamiento y permanecen en madrigueras durante dos semanas.