Sandra Zamorano fue expulsada de una piscina en la ciudad de Barcelona por amamantar su bebé de seis meses de edad. El recepcionista le pidió que se fuese al vestuario, y la empresa pidió disculpas posteriormente a la madre ya que ninguna norma prohíbe que una madre pueda amamantar a su bebé.
"Nadie se quejó ni me miró mal, ni hay ninguna norma que prohíba amamantar en la piscina", comentó la madre.
Sandra decidió publicar su queja en redes sociales para lograr mayor difusión y lamenta que "en pleno siglo XXI todavía hay gente que se escandaliza y ve dar el pecho como una cosa sucia cuando es una cosa preciosa".